infancia
Los hijos de los drogadictos
A menudo se dice que las sustancias estupefacientes pueden estropear vidas e incluso familias enteras. Ser adicto a la cocaína, por ejemplo, puede llevar a que una relación amorosa se destroce, que un puesto de trabajo se pierda y que otros problemas personales aumenten de forma casi imparable.
Una mujer puede dejar a su marido cocaínomano, o incluso una madre tiene la posibilidad de despreocuparse de su hijo tras haber caído en una adicción. Sin embargo, hay un tipo de persona que es incapaz de abandonar a un drogadicto: los niños no pueden irse de casa si sus padres caen en el consumo de las sustancias estupefacientes. Esos menores se ven expuestos a una realidad muy dura, en la que la preocupación por ellos puede caer en picado, e incluso existe la posibilidad de que estén desatendidos o acaben siendo maltratados.