Los hijos de los drogadictos

A menudo se dice que las sustancias estupefacientes pueden estropear vidas e  incluso familias enteras. Ser adicto a la cocaína, por ejemplo, puede llevar a  que una relación amorosa se destroce, que un puesto de trabajo se pierda y que  otros problemas personales aumenten de forma casi imparable.

 Una mujer puede dejar a su marido cocaínomano, o incluso una  madre tiene la posibilidad de despreocuparse de su hijo tras haber  caído en una adicción. Sin embargo, hay un tipo de persona que es incapaz de  abandonar a un drogadicto: los niños no pueden irse de casa si sus  padres caen en el consumo de las sustancias estupefacientes. Esos  menores se ven expuestos a una realidad muy dura, en la que la preocupación  por ellos puede caer en picado, e incluso existe la posibilidad de que estén  desatendidos o acaben siendo maltratados.

De hecho, la ley española deja bien claro que un padre consumidor de drogas puede perder la patria potestad. Esa posición legal se reforzó en 2009: en marco de la violencia doméstica y la relación que tiene tanto con la que sufren las mujeres y los hijos por parte de hombres maltratadores, se aprobó una ley en la que el alcohol y las drogas dejaron de considerarse eximentes, sino agravantes.

La relación entre el maltrato por parte de los padres a sus hijos y otras sustancias estupefacientes es importante. Así lo han afirmado investigadores de la Universidad de Toronto (Canadá) tras haber realizado en marzo de 2014 un estudio en más de 13.036 personas. En él se concluye que los niños con padres drogadictos tienen un 58% más de posibilidades de contraer artritis. Esto se da por el estrés y la violencia que tiende a ejercerse sobre los infantes cuyos padres consumen drogas, por lo que los riesgos de sufrir este tipo de enfermedades en un futuro aumenta de manera considerable.

Además, si los hijos ven en su día a día que sus padres toman cocaína y otras drogas, es más probable que en un futuro ellos también consuman esas sustancias, o incluso durante la propia infancia si las tienen a su alcance. Al fin y al cabo, como explican numerosos estudios psicológicos, los niños imitan a sus padres desde pequeños durante su crecimiento y desarrollo. Es importante tener en cuenta que a veces las víctimas de las drogas no son solo los consumidores, sino también sus hijos.